En Karate no existen religiones, sólo existe la Pasión
** MAESTRO GICHIN FUNAKOSHI **
(Creador de Karate Do Tradicional
Shotokan)
HITOTSU, MAKOTO NO MICHI O MAMORU KOTO.
HITOTSU, DORYOKU NO SEISHIN O YASHINAU KOTO
HITOTSU, REIGI O OMONZURU KOTO.
HITOTSU, KEKKI NO YU O IMASHIMURU KOTO.
Contar hasta 10 en Japonés
Un estudiante comenzaba a tener una actitud de dejadez , en un final del día le dice a su Maestro
- Maestro no vendré más al Dojo!
Y el Sensei le respondió:
- Por qué dices eso?
El joven alterado, le contestó:
- Veo a mis compañeros hablar mal de otros; siento que mi Senpai no me explica bien e incluso usted Sensei, ya no me dedica tiempo como antes; en los entrenamientos me gustaría hacer otras cosas, siempre hacemos lo mismo, los estudiantes nuevos no tendrían que estar en clase , no favorece al grupo; entre tantas y tantas otras cosas malas que veo.
El Maestro sin dudarlo le respondió:
- Esta bien, pero antes quiero que me hagas un favor:
Por ultima vez correrás al rededor del tatami , pero esta vez sin detenerte, realiza 25 vueltas y luego sin descanso, haces 50 flexiones ... Después de eso, podrás retirarte.
Y el joven pensó:
(Nada complicado, puedo hacerlo!)
Y dio las vueltas apresurado y las flexiones, como le solicitó el Sensei.
Cuando terminó dijo: - Listo, Sensei.
Y el Maestro le respondió:
- Cuando estabas dando vueltas, viste a tus compañeros hablar mal de otros?
El joven estudiante dijo: - No...
Viste que tu Senpai y yo tu Maestro, ambos estábamos pendientes de tí?
El joven: - No pude verlos...
Viste a tus Kohai y nuevos estudiantes distraídos o poco animados haciendo lo que no debían?
El joven: - No, tampoco.
Sabes por qué? Estabas concentrado en hacer lo que debías y de la mejor manera que pensabas.
Lo mismo sucede en nuestra vida. Cuando nuestro enfoque es responsable y consciente de la práctica verdadera y del objetivo final del DO, no tenemos tiempo de ver los errores de los demás.
Quién sale del Dojo por causa de la gente, nunca entró por una buena razón.
Aplícalo en toda tu vida, sea cual sea tu disciplina marcial o la actividad que realices; quédate con el mensaje o compártelo. Enfócate en tus metas e ignora lo que los otros hacen y llegarás a donde quieres llegar.
Ahora ya te puedes ir.
El PRINCIPIANTE, el CINTURÓN BLANCO…
Llega desconfiado a clase el primer día, incluso a veces va unos días antes para ver cómo es el entrenamiento, imagina que no debe ser difícil hacer eso y coge valor para inscribirse. En los primeros días de entrenamiento se siente desubicado, no sabe atarse el cinturón, entra en el tatami totalmente perdido, no sabe si debe hablar con alguien o simplemente sentarse en algún rincón y observar. Se queda tranquilo mientras la gente no deja de hablar de posiciones y técnicas en japonés. Se ríe sin querer de las tonterías ajenas, pero cree que tiene un límite para reírse y entonces se queda en medio de la semana intentando pensar que las artes marciales no son más difíciles de lo que él imaginaba para engañarse y no desmotivarse. Al día siguiente Intenta imitar al profesor pero no puede dominar su cuerpo, no entiende la dinámica de los movimientos y se pregunta cómo es posible sudar tanto dentro del karategui. Él intenta entender cómo se hace esa tal luxación o proyección, y como la gente puede luchar durante 10 minutos sin quedarse con la lengua fuera... y dos meses después sigue sin saber cómo se ata el cinturón!
Él piensa en rendirse, pero como pagó el mes y se compró un karategui caro, él persiste. Se despierta en los días siguientes sintiendo dolor en el cuerpo, la piel ardiendo, los nudillos doloridos, tiene moretones por todo el cuerpo y eso solo en dos semanas de entrenamiento pero como pagó un mes y compró karategui nuevo, ahí viene el otro día, y en el otro, y en el otro, hasta que unos meses después él consigue su primer cinturón (amarillo), ni siquiera sabe cómo lo hizo, pero es suficiente para no poder pegar ojo esa noche, de tan orgulloso que se siente.
En esos primeros, tres, cuatro, seis meses, el cinturón blanco aprendió a convivir con el dolor...y de repente cinco, seis, siete años, hasta que alcanza el tan soñado cinturón negro. El aprendió en el camino que el cinturón negro es donde todo comienza, y si aprendió la diferencia entre deporte y arte marcial su camino puede ser infinitamente provechoso.
Por todo esto, admiro al verdadero cinturón blanco , y no sólo por su persistencia, sino porque todos hemos sido uno, y si hoy estamos de este lado del tatami es porque fuimos cinturones blancos que no se rindieron, incluso cuando todo parecía estar contra nosotros!
Por eso nunca dejes de ser cinturón blanco y respetar lo que representa, es la mejor lección que puede aprender un verdadero cinturón negro…
SHINOBU
PACIENCIA, eso fue lo primero que vi cuando entré en un Dojo de Artes Marciales. En aquél, en el mismo donde continuo practicando desde hace algunos años, estaba escrito frente a la puerta: SHINOBU. Y tal fue el primer mensaje que sentí al poco, con paciencia, porque en el Arte Marcial es esa la primera joya que brilla en medio del laberinto oscuro, entre los espejos opacos del “no puedo”, del “jamás lo conseguiré”. Y eso, que es una conquista de la conciencia, y acontece en el preciso momento en que se entiende que la paciencia sólo se obtiene con paciencia, que se practica –como ocurre con todo lo importante en esta vida- es método y fin a la vez, proporciona al principiante la posibilidad de ascender el primer escalón, casi mágico, del puro entendimiento.
Tras la conquista, siempre delicada y frágil, de la paciencia, se otean nuevas geografías, próximos ríos y senderos igualmente conquistables: la constancia, la tenacidad por reiniciar constantemente lo que ya se inició, la precisión en los movimientos, el ritmo, la armonía, la serenidad, el equilibrio, la velocidad, la fuerza, la suavidad, la quietud... El conocimiento de uno mismo aquí y ahora, a cada instante. La familiaridad con tus defectos, el reconocimiento de alguna virtud, los deseos más íntimos del alma... Es por ello, cuando se emprende con decisión, un camino real; tanto o más que cualquier carretera. Con la diferencia de que este Camino sólo te conduce a un único lugar, tal vez el mismo del que partiste pero también es posible que te lleve a lo profundo de tu propio corazón.
No existen enseñanzas secretas, no merece la pena que existan, porque todo es posible para el entendimiento de quien practica, hasta lo oculto y secreto. Todo estará en su corazón y su inteligencia podrá extraerlo con paciencia, poco a poco. No hay filosofías esotéricas, ni ritos supersticiosos: también el corazón descubriría el engaño y para quien practica consecuentemente el cerebro y el corazón han de ser la misma cosa.
REUNIÓN DE PADRES DE PRINCIPIO DE AÑO 2020.
TEMA DE LA REUNIÓN: Los Miedos
Se realizó la reproducción de la siguiente conferencia:
TEKKI SANDAN POR EL MAESTRO YAGUCHI
PRIMER CLASE VIRTUAL
EL GRAN MAESTRO TERUYUKI OKAZAKI
Teruyuki Okazaki (22 de junio de 1931 en Fukuoka, Japón- 21 de Abril de 2020, Filadelfia E.E.U.U.), cinturón negro, décimo Dan de Karate estilo Shotokan, fue fundador, presidente y principal instructor de la International Shotokan Karate Federation (I.S.K.F).
Junto con el maestro Gichin Funakoshi y Masatoshi Nakayama, Okazaki ayudó a crear el programa de entrenamiento de Instructores de la JKA.
Okazaki nació en la prefectura de Fukuoka en Japón. Creció estudiando judo, kendo y aikido. En 1948, con dieciséis años, ingresó a la Universidad Takishoku. Fue allí donde comenzó su entrenamiento en karate. Estudió principalmente bajo Gichin Funakoshi (fundador del Shotokan) y Masatoshi Nakayama. En 1953, Okazaki se graduó y fue inmediatamente nombrado entrenador del equipo de Takushoku. Ese mismo año, se decidió que Okazaki sería entrenado como un “caso de prueba” para el Programa de Entrenamiento de Instructores JKA que aún se estaba formulando. En 1955, fue designado como responsable del programa, que produjo algunos de los líderes más integrales del Shotokan moderno. Takayuki Mikami, Takaura Eiji y Hirokazu Kanazawa están entre los primeros graduados de este programa.
Como parte de un plan de Nakayama para extender la práctica del Karate Shotokan internacionalmente, Okazaki fue a los Estados Unidos en 1961 con la intención original de permanecer solo seis meses, pero desde entonces abrió un dojo en Filadelfia, Pensilvania donde se estableció de manera permanente. En 1977, Okazaki fundó la Federación Internacional de Karate Shotokan (I.S.K.F.).
Okazaki ha publicado dos libros sobre sus experiencias: The Textbook of Modern Karate y Perfection of Character: Guiding Principles For The Martial Arts & Everyday Life.